domingo, noviembre 19, 2006

Cómo llegamos a la Misión Ciencia (1era parte)

En el marco del 1er Congreso Nacional de Investigación y Postgrado en Humanidades y Educación 2006 de la Universidad del Zulia, presenté un trabajo resultado de un ejercicio historiográfico y de análisis que consideré necesario para contextualizar los ambiciosos propósitos que nos estamos planteando los venezolanos en el Plan Nacional de Ciencia, Tecnologia e Innovación 2005-2030 y la Misión Ciencia, como su principal eje articulador.

Reflexiones sobre la ciencia y la tecnología en Venezuela desde la perspectiva de los Planes Nacionales

Ángel Páez
Centro de Investigación de la Comunicación y la Información (CICI)
Universidad del Zulia
angel.paez@cantv.net

En los primeros cincuenta años del siglo XX no se avanzó significativamente en el propósito de contar con una ciencia al servicio del desarrollo y bienestar del país, aunque hay que destacar que se crearon instituciones (como el Instituto Pedagógico de Caracas, la Escuela Experimental Venezuela y el Liceo Aplicación, la Escuela Superior de Agricultura y Zootecnia, el Instituto de Medicina Experimental, la Escuela de Geología y la Escuela de Ciencias de la UCV, El Instituto Nacional de Higiene en 1939, la Escuela de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia -AsoVAC- en 1950, la Fundación Luis Roche en 1953, la Facultad de Ciencias de la UCV en 1958, el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas –IVIC- en 1959, la figura de los consejos de Desarrollo Científico y Humanístico) que jugaron un papel fundamental en la solución de problemas críticos como el analfabetismo y las enfermedades endémicas, y fueron el nicho para la posterior conformación de la comunidad científica venezolana (PNCTI, 2005).

Es importante acotar que para el momento, la filosofía que guiaba a la ciencia venezolana[1] (y en algunos círculos científicos actuales), respondía a los planteamientos de Merton (1942, citado en PNCTI, 2005, p. 22), quien planteaba que “la ciencia es, en sí misma, un mecanismo de progreso y de civilización, y tácitamente es obligación de los estados promoverla y apoyarla. En el esquema mertoniano, la utilidad no es el objetivo de la investigación científica”.

Los siguientes pasos de la ciencia y la tecnología en el país dependen de la institucionalización de la planificación. A finales de los 50`s, empieza a cobrar fuerza la necesidad de planificar la economía de los países latinoamericanos, como una vía para organizar los recursos de la nación en función de las necesidades de la población. Es cuando de dan los primeros intentos de planificación por parte de Cárdenas en México y de Perón en Argentina. Sin embargo, “el verdadero desarrollo de la planeación en América Latina se da en 1961 con la puesta en marcha de la Alianza para el progreso´(ALPRO)…en la que se buscaba apoyar económicamente, bajo los auspicios del gobierno norteamericano, a los países latinoamericanos a través de la ejecución democrática de programas nacionales de desarrollo económico” (Gutiérrez, 2001, p. 49).

La planificación en América Latina adquiere desde entonces un carácter técnico, cuyos objetivos de desarrollo que desde Norteamérica se diseñan y se articulan desde el Instituto latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES) y la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL). En este mismo contexto, en Venezuela, “a imagen de los planteamientos de la Cepal, se crea Cordiplan, en 1958, adscrita a la Presidencia de la República, y más tarde, en 1960, el Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes), dependiente del Vicerrectorado Académico de la UCV, pero que complementaba al primero en tanto formaría a los futuros planificadores de desarrollo económico y social, incluidos, más tarde, los del área de ciencia y tecnología” (PNCTI, 2005, p. 23).

De manera que en Venezuela, al igual que en el resto de América Latina, la planificación, en su carácter formal y científico, llega a nuestro país por factores externos y ajenos a los intereses nacionales, toda vez que los países desarrollados, en especial Estados Unidos, empiezan a detectar la necesidad de vincularse con países menos desarrollados para perpetuar sus riquezas. Alineados a estos intereses, y también por razones personales, son actores nacionales quienes hacen esfuerzos para avanzar en el progreso de la ciencia en Venezuela. Éstas iniciativas se retoman (dado que en los 50´s, como explicamos anteriormente, hubo más estancamiento que avance) en los años 60`s a través de informes como el de la Comisión Preparatoria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas realizara en 1963, que tenía como finalidad obtener una visión objetiva de la situación de la investigación científica y tecnológica en el país. Luego, a comienzos de 1967 cuando se conoce una visión sociológica de la ciencia, de mano de la Sociólogo Olga L. de Gasparini, bajo contrato del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).


[1] Lo cuál desafía nuestra postura acerca de la necesidad actual de promover la creación de espacios, observatorios y laboratorios de apropiación tecnológica, tendientes, precisamente, a aplicar el conocimiento científico-tecnológico en la solución de los problemas sociales que nos aquejan, siguiendo un esquema adecuado de gestión tecnológica que abra las posibilidades posteriores de generar capacidad tecnológica, así de lograr innovaciones graduales que vayan contribuyendo a incrementar un acervo tecnológico propio.

1 comentario:

En carne viva dijo...

Querido Angel, te felicito por este trabajo es de suma utilidad quesiera tenerlo, me lo podrías enviar por correo?, por otro lado sería interesante que expusieras en el observatorio una breve reseña de tu grupo de trabajo, de tal forma que sea vea la discusión y el nivel del debate...creo que esto nos puede enriquecer, claro si tienes el tiempo. Besos Adriana